A finales de agosto de 2007 nos fuimos de vacaciones a Croacia aprovechando para ver un poco el Norte de Italia y Venecia. Los viajeros éramos: Carmen, paco, José Luis, Olga y yo.
El plan de viaje era salir desde Valladolid con Ryanair hasta Bérgamo y allí alquilar un coche durante diez días para hacer un recorrido total de unos 4.000 kms.
17-08-07 Valladolid - Bérgamo
Salimos en avión desde Villanubla a Bérgamo a las 15:00 horas. Olga trabajaba esa mañana con lo cual nosotros 4 fuimos al aeropuerto para ir facturando equipajes mientras nuestro amigo Rodri esperaba a la puerta del trabajo a Olga para traerla al aeropuerto sin perder tiempo (Gracias Rodri por tu ayuda).En dos horas nos plantamos en Bérgamo con un tiempo estupendo y una hora después circulábamos ya por la carretera con nuestro flamante Focus familiar y Paquito de chófer dirección a Trezzo, un pueblo cerca de Bérgamo donde teníamos cogido un hotel por 60 € la doble con desayuno y que resultó ser un hotelazo. Un edificio antiguo redecorado en plan moderno con todo detalle. Las habitaciones grandes y a todo pasto. El desayuno en el patio-claustro del hotel con música clásica. Vamos que nos acostumbramos mal.
La tarde noche la pasamos en la ciudad antigua de Bérgamo que bien merece una visita su centro histórico situado en la parte alta con palacios renacentistas, calles empedradas y una bonita catedral en una magnífica plaza,.
Cenamos en un restaurante muy coqueto dándonos un homenaje (total por un día), no fue caro (20 € ) y yo probé la polenta que la verdad he vivido sin ella y puedo seguir haciéndolo; es una especie de pasta de maíz que se sirve de acompañamiento para el que no lo sepa. Al salir dimos una vuelta y nos comimos un helado en la plaza que me supo a gloria (Mi primer helado italiano) sentado en las escaleras de un palacio como un italiano más.
18-08-07 Bérgamo - Treviso
Abandonamos el hotelazo rumbo a Treviso donde teníamos un hotel por 50 pavos con desayuno la doble, y donde haríamos dos noches porque ese iba a ser el campamento para visitar Venecia que está a 40 kilómetros.
Este día lo aprovechamos para hacer ruta y visitar el lago de Garda y Verona.Visitamos Sirmione de Garda, un pueblo precioso situado en una península que se introduce en el Lago.
El lago espectacular. Nos hizo buenísimo y a Paquito se le ocurrió la idea de dar una vuelta por el lago en Barco, así que se nos ofreción un italiano que debía estar bastante bueno según ellas y por 30 € nos llevó de travesía a los cinco solos en su barco. Luego dimos una vuelta por el pueblo. Me comí el helado de rigor en una heladería con un escaparate que se me pusieron los ojos como platos, no había visto tanta variedad de helados en la vida (No tengo palabras).
Una vez visto Sirmione nos dirigimos hacia Verona rodeando el lago (Unos 80 Kms. de ribera). La ruta del Lago con el coche era muy lenta pero preciosa, con pueblos pequeñitos en la orilla y todo rodeado de bosques y montaña. Paramos a comer unas pizzas en uno de esos pueblos. La verdad que por 9 euros las pizzas muy ricas y grandes.
Por la tarde llegamos a Verona después de chuparnos un atasco del demonio al abandonar la ruta idílica del Lago y meternos en la autopista.
Verona es ciudad patrimonio de la humanidad y merece la pena. Es la ciudad de Romeo y Julieta, allí tienen el balcón que está en un patio interior de un edificio atestado de turistas. Pero lo más bonito es el resto de la ciudad con unas calles muy bien conservadas, el anfiteatro romano, los puentes sobre el río.
Llegamos al anochecer a Treviso, ocupamos el hotel que no estaba mal, pero es que el de Trezzo dejó el listón altísimo y salimos a cenar algo.
La ciudad de Treviso también está muy bien, la verdad que todas las ciudades de italia son bonitas y tienen cosas que ver. Con un casco histórico amurallado, un par de canales, la típica plaza central renacentista con dos o tres palacios y todo muy bien conservado. Yo creo que durante el Renacimiento había una arquitectura estándard pensada para que cuatrocientos años después el turismo fuera en masa porque nos iba a gustar a todos, más que arquitectos eran visionarios.
Nos metimos en una pizzería donde había bastante gente y muy ricas las pizzas aunque la camarera un poco seto, en fin un mal día lo tiene cualquiera.
19-8-07 Treviso - Venecia - Treviso
Nos levantamos pronto, desayunamos y nos dirigimos a venecia para pasar todo el día.Entramos a Venecia por un puente sobre el mar en un día de cielo azul espectacular y dejamos el coche en un de los parkings de la entrada (20 € día).
Al principio me empezó defraudando porque no había más que turistas por por una calle principal que salía desde la estación y tiendas de souvenirs que tapaban todas las fachadas, pero poco a poco y cuando vas callejeando y cruzando puentes me empezó a gustar, hasta el punto que al atardecer, sentados al borde de la laguna ya sentía que era la ciudad mas especial en la que he estado.
El resumen es que me encantó Venecia. Una ciudad entre lo artístico y lo decadente, sin tráfico, repleta de edificios históricos, puentes para dar y tomar, el agua omnipresente, la plaza de San Marcos, callecitas y callejones para perderte; en fin , no acabaría nunca.
Imprescindible. Ah y por la noche cuando los turistas se han retirado todavía más mágica con una iluminación tenue, silencio y laberínticos callejones que si no es porque te van indicando la salida de la ciudad podrías estarte toda la noche andando.
El día consistió en visitar todo lo que pudimos. Comimos en una placita unos platos de pasta sin pretensiones pero a un precio ajustadito para ser Venecia y cenamos unos bocadillos sentados en un muelle al borde del Gran Canal. Todo lo demás fue andar, andar sin parar hasta la noche.
A medianoche volvimos a Treviso a dormir para salir al día siguiente hacia Croacia. Al llegar al hotel nos dijo el recepcionista que había un problema y era que habían reservado nuestras habitaciones a una excursión de orientales, así que nos habían cogido nuestros equipajes y los llevaron a otras habitaciones. Que le vamos a hacer.
20-8-07 Treviso - Senj
Nos levantamos pronto y lloviendo con una tormenta del catorce, pero no lo suficientemente pronto porque se nos adelantaron los orientales que dejaron el buffet del desayuno tiritando así que comimos las sobras que quedaron y nos fuimos dirección a la frontera con Eslovenia a 130 Kms. más o menos.
El día estaba lluvioso y a medida que nos acercábamos a Eslovenia el tráfico iba desapareciendo hasta que llegamos a la frontera donde no había prácticamente ni un coche.
Entramos en Eslovenia por Gorizia que así se llama la parte italiana de la ciudad que al cruzar el río se llama nova Gorica en la parte eslovena. El cambio es radical al pasar a Eslovenia pues el tráfico era casi inexistente, pocos pueblos y el paisaje espectacular de montaña y bosque.
Paramos a comer en un pueblo y pedimos lo que buenamente pudimos pues no entendíamos ni torta pero no estuvo mal.
Continuamos viaje por una carretera bien asfaltada y con un paisaje precioso, con pueblos pequeñitos hasta llegar a la frontera con Croacia en un puesto fronterizo cerca de Rijeka.
Fue llegar a Croacia y dejar de llover, al llegar a la costa croata salió el sol y nos encontramos con una costa espectacular donde las montañas llegaban hasta el borde mismo del mar adriático con un azul intenso y un agua cristalina.
Fuimos por la costa hasta Senj, unos 70 kilómetros de carretera por acantilados y algunos pueblos que se veían abajo al borde del mar. La ruta es preciosa pero muy lenta porque prácticamente es imposible adelantar y hay bastante turismo de caravanas así que tranquilidad.
Llegamos por la tarde a Senj donde alquilamos una casa por tres noches por 30 € la noche para los cinco.
Senj es un pueblo de 9000 habitantes al lado del mar muy tranquilo y sin tocar por los especuladores. Buscamos la casa que teníamos alquilada que estaba decorada como en los años 60-70 pero muy limpia y tenía de todo con dos habitaciones, comedor, cocina, baño y terraza.
Los dueños vivían al lado pero sólo hablaban croata, idioma que, naturalmente, dominamos a la perfección así que con unas pocas señas nos entendimos, sonreímos todos un poquito y nos instalamos.
Bajamos al centro a sacar Kunas, la moneda croata (1 euro=3,7 kunas) y hacer compra para desayunos y tal para tener en casa.
Nos pusimos los bañadores porque después de haber conducido desde Italia ya teníamos ganas de descansar y darnos el primer bañito en el Adriático. Así que al atardecer estábamos en la playa del pueblo, que como casi todas las de Croacia es de piedras y nos tiramos al mar. El agua estaba muy buena, pero lo que me ha quedado de recuerdo es que por primera vez en mi vida hice el muerto en el agua, no me lo podía creer. siempre fue una aspiración que tuve y por fin lo conseguí.
Será por la salinidad del agua (cristalina por cierto) o yo que sé, el caso es que lo hice perfectamente y sin esfuerzo ninguno.
Volvimos a casa y salimos a cenar (Por un día) a la plaza del pueblo un arroz con pescado riquísimo en la terraza de un restaurante plagado de lugareños. Barato.
21-08-07 Senj-Istria-Senj
Día de excursión. Nos fuimos a la península de Istria en la costa norte lindando con Italia para visitar unos cuantos pueblos.
Durante el trayecto paramos en un pueblito llamado Pazin a tomar algo y allí tuvo lugar el primer y único ligue del viaje, y ¿quién fue? ¿José Luis con una rubia? Noo. Carmen fue la triunfadora del viaje a Croacia. Se le acercó un parroquiano en el bar que entramos y la dijo que como podía estar una mujer como ella con una gente como nosotros y empezó a cortejarla; vaya tela. Nos reímos mucho Carmen, gracias por aguantar al tipo y hacer grandes esfuerzos en no quedarte con él el resto de tus días. (Un beso Carmen)
Las carreteras buenas y nos dirigimos en primer lugar a Porec, un pueblo costero con un centro peatonal muy cuidado, con muchos edificios románicos y góticos. Repleto de tiendas. La joya de Porec es su iglesia bizantina del siglo VI. Nos sentamos a comer en una terraza en el centro (total por un día) pasta con pescado y cosas así, en un restaurante que tenía pizzas de hasta un metro de diámetro. Barato y bien.
Salimos de Porec por la costa dirección a ROVINJ. Otra población costera menos conocida pero me pareció todavía más bonita que Porec. Mantiene el sabor auténtico de un pueblo de pescadores. Edificado sobre un promontorio en el mar, todo peatonal y muy homogéneo con las casas y calles de piedra.
Atardeciendo fuimos hacia Pula, al sur de Istria, donde vimos el Coliseo Romano más grande tras el de Roma, muy bien conservado pero que no pudimos ver por dentro porque acababan de cerrar.
En Pula empezó a llover pero nos dimos una vuelta por el casco viejo que estaba muy animado de comercios, bares y gente. Bien conservado. Nos metimos un tentempié para volver a Senj porque ya era tarde y teníamos 150 kilómetros de vuelta.
Al llegar a Rijeka no vi una señal que había de desvío porque estaba todo en obras y lloviendo con lo que acabamos en una autopista que yo pensaba que iba paralela a la costa hasta que 50 Kms después vimos una señal que indicaba Zagreb. Hala a dar la vuelta, total que acabamos haciendo 100 Kms. más y no nos acostamos hasta las dos de la mañana.
Gracias a los pasajeros que en ningún momento se pusieron nerviosos ni me empezaron a soltar collejones.Gracias también a Carmen que, con sus juegos para entretener el tiempo dentro de un coche, hizo que no fuera tan desesperante.
22-08-07 Senj-Parque nacional lagos de Plitvicka-Senj
Nos levantamos con un buen día, menos mal, porque hoy nos vamos a ver el Parque Nacional de los lagos de Plitvicka, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Está situado a 100 Kms. de Senj por una carretera buena aunque con curvas y a las once de la mañana alli estábamos.
El Parque se visita andando, no se permiten vehículos y hay que dejarlo en unos aparcamientos enormes que básicamente son un bosque y lo dejas debajo de un árbol. Había gente para regalar.De allí vas al centro de recepción del parque, pagas la entrada (12 € más o menos) y vas andando hasta la entrada del Parque donde hay carteles informadores con las rutas que puedes hacer y la duración. Escogimos una de las más largas, nos montamos en un autobús que te sube a la parte más alta del Parque por una carretera con muchas curvas y un bosque muy espeso y a partir de ahí, a caminar.
Los senderos están perfectamente señalizados y todo muy cuidado.
El paisaje es absolutamente espectacular. Montañas tapizadas por hayas, robles, pinos. Un bosque muy denso y cantidad de lagos con un agua turquesa que no había visto en mi vida, multitud de cascadas uniendo los lagos. Hay un lago enorme que te lo cruzan en barco para seguir la ruta y al llegar a la otra orilla tienen un área de ocio (La única dentro de la ruta) muy acondicionada y donde paramos a descansar y tomar unas cervezas (ya habíamos comido antes por el camino unos bocatas que llevábamos en la mochila). Aquí se empezó a formar una tormenta bien maja que nos dejó calados, pero que al terminar hizo que todo adquiriera un verdor todavía más intenso.
Acabamos la ruta ya anocheciendo pero mereció la pena a más no poder. Es, sin duda, el paraje natural más impresionante que he visto hasta ahora, sobretodo por la cantidad de lagos y los colores de las aguas.
Por cierto en todo el tiempo nadie nos pidió nunca la entrada, podíamos haber entrado sin pagar un duro, pero todo sea por colaborar para mantener ese paraíso.
Conduciendo a la vuelta nos pilló otro tormentón con unos rayos que asustaban y lloviendo de una forma que nos hizo pararnos un rato en el arcén porque no se veía absolutamente nada.
Llegamos tarde a Senj pero a tiempo de salir a cenar a un restaurancito muy coqueto en la plaza del pueblo, de ahí a la cama que estábamos reventados.
23-08-07 Senj-Vodice
Llegó el día de trasladar el campamento. Nos despedimos de los dueños de la casa para tomar rumbo a Vodice donde teníamos alquilada otra por 45 € diarios para los cinco.
Vodice es una localidad costera a 230 Kms. al sur de Senj con mucho turismo sobretodo interior y de países del Este. No es que esté saturado pero comparado con la tranquilidad de Senj, Vodice parecía Benidorm, de todos modos daba igual porque sólo iba a ser nuestra base de operaciones.
Salimos temprano de Senj por la carretera de la costa y paramos a ver Zadar, a 150 Kms. Ya estábamos más al sur y eso se notaba porque hacía un calor que temblaba el misterio. Zadar ya es una ciudad mediana, de 85.000 habitantes. Como veníamos de pueblos pintorescos y temperaturas suaves, llegar a Zadar fue encontrarnos con tráfico, problemas de aparcamiento y un calor importante; con lo que la impresión que tuvimos de la ciudad no es demasiado justa y, en honor a la verdad, no estaba mal aunque una mañana es suficiente para verla.
Salimos pitando hacia Vodice parando por el camino en un pueblo costero (Pacostan) donde comimos unos platos de pasta muy ricos al lado del mar a muy buen precio.
Llegamos por la tarde a Vodice y encontramos la casa más fácilmente de lo que creía. La casa no era tal sino un apartamento de vacaciones con dos habitaciones, una cocina y terraza, básico pero suficiente.
Nos cambiamos y nos fuimos a dar un baño a la playa para mitigar un poco el calor que habíamos pasado todo el día. La playa era de arena, con bastantes turistas y como dije anteriormente todo con un estilo más parecido a nuestra costa mediterránea que a lo que habíamos visto hasta ahora.
Nos arreglamos y fuimos a ver SIBENIK, una ciudad costera de 55.000 habitantes que está a ocho kilómetros y cuya catedral del siglo XV hecha con losas de piedra está declarada patrimonio de la Humanidad.
La verdad es que la ciudad es muy bonita, al estilo de todos los pueblos de la costa, con las casas de piedra y las calles enlosadas. Tiene un casco histórico bastante grande, bien conservado y cerrado al tráfico. La plaza de la catedral es preciosa y pasear por las callejuelas una delicia. Lo único malo que pillamos fue que debería baber como 32 grados por la noche y humedad, así que uno estaba sudando como un pato. Tenía mucho ambiente, bastantes bares y restaurantes y nos metimos a cenar en uno (total por un día) que estaba en un rincón precioso. La cena no estuvo mal y el precio tampoco.
De ahí nos fuimos para casa y josé Luis y yo decidimos dar una vuelta por el paseo marítimo de Vodice y tomar una copa. La zona de marcha está en el pueblo viejo de pescadores, donde hay un montón de bares y terrazas, todas bien puestas, con buena música y bastante gente, casi todos nacionales, con lo que ello conlleva; es decir, pandas de mujeres croatas todas arregladísimas que te parecía estar en algún pase de modelos. tomamos un par de copas en dos terrazas escuchando música y viendo al personal ( A ellas). A las dos para casa que al día siguiente íbamos de excursión.
24-08-07 Vodice-Trogir-Split-Vodice
Desayunamos en la terracita y partimos rumbo a Trogir y Split.
Trogir es una localidad histórica de 11.000 habitantes, declarada patrimonio de la Humanidad, a 60 kilómetros y a la que nos dirigimos por una carreterita de interior en lugar de por la costa, para evitar tráfico. Llegamos a las diez y media de la mañana más o menos y hacía un calor insoportable, así que me compré allí mismo una camiseta sin mangas y dejé la camisa que llevaba para mejor ocasión.
La ciudad es preciosa con un casco histórico también sin tráfico repleto de palacios e iglesias, todo en piedra y calles enlosadas como siempre. Muchos turistas, mucho ambiente. Visitamos la iglesia catedral y nos subimos al campanario, por allí daba gusto estar porque soplaba la brisa y me podía haber quedado allí asomado hasta la noche, además con unas vistas de la ciudad y el mar divinas.
Recorrimos Trogir bien recorrido y bien sudados y decidimos ir a comer a SPLIT que está como a 20 kilómetros.
SPLIT es la segunda ciudad más grande Croacia con 350.000 habitantes portuaria e industrial, pero cuyo centro histórico también es declarado patrimonio de la Humanidad.
En los foros de viajes en los que me documenté mucha gente decía que era prescindible la visita a split, pero yo solo puedo decir que me encantó y la pena fue el calor brutal que hacía ese día y que no permitió disfrutar de la ciudad como se merece.
Es una de las ciudades más extrañas que he visto porque surge a partir de un palacio enorme y fortificado que el emperador Diocleciano se hizo construir al lado del mar en el siglo IV. El palacio fue sucesivamente expoliado, atacado y comenzó a surgir una ciudad desde el palacio hacia afuera, con lo cual las catacumbas ahora son tiendas, an las fachadas de la muralla hay ventanas que dan al mar de gente que se fue haciendo casas al otro lado de la muralla, hay ruinas, columnas y arcos por todas partes. Eso sí todo en piedra y muy armonioso.
Nos metimos a comer en una pizzería muy coqueta (por un día) y nos comimos unas ensaladas muy grandes y ricas que era lo único que apetecía con el calor que estábamos pasando.
Estuvimos luego paseando por la tarde y la verdad es que me quedé encantado con split que, por cierto, lo de banana Split es por la ciudad.
Al atardecer nos dirigimos a Sinj, que es una localidad de interior a 15 kilómetros de la frontera con Bosnia para ver un poco de la Croacia de verdad, sin turismo. Fuimos por una buena carretera que atravesaba las montañas de la costa atravesando pueblos pequeños donde se veían restos de la guerra en fachadas, algunas casas incendiadas hasta que llegamos a Sinj (a 30 kilómetros de Split) una localidad de 12.000 habitantes que no estaba mal, con mucho ambiente de terrazas y donde creo que éramos los únicos extranjeros, lo que a José Luis le provocó un estado de ansiedad porque comenzó a relacionar las carnicerías que veía por la calles con la falta de turistas. Subimos hasta los restos de un castillo desde donde había unas vistas magníficas de todo el valle hasta las montañas donde comenzaba Bosnia.
Como José Luis seguía con su psicosis no quiso a quedarse allí a cenar con lo cual por la noche volvimos a Vodice a dormir previas cervecitas y ganchitos en la terraza de casa.
25-08-07 Vodice-Bosnia-Vodice
Este día lo dedicamos a turistas de sol y playa. Nos levantamos y fuimos a ver Sibenik de día, y de allí a buscar alguna playa por la costa. A 20 kilómetros o así vimos una y allí nos quedamos en lo que luego resultó ser un centro de vacaciones, que poco a poco fuimos descubriendo, con bares, restaurantes, piscinas de agua salada, toboganes. Un sitio bien chulo. Nos bañamos, volví a hacer el muerto perfectamente y comimos en una terracita bajo los pinos unos bocadillos y luego un banana split como Dios manda (un día es un día).
Tomamos café en un chiringuito a todo pasto y empezamos a comentar que nos podíamos acercar hasta Bosnia cuya frontera estaba a 90 kilómetros. El problema es que el seguro del coche no cubría Bosnia pero a pesar de ello decidimos ir.
Era una buena carretera y el paisaje cambiaba rápidamente. De mar y pinos a tierras de cultivo y al final montaña, bosques, agua y verde. Todo ello en 90 kilómetros. Por el camino íbamos viendo algún resto de la guerra, con casas deshabitadas, algunas incendiadas, pueblos pequeños y en los últimos 20 kilómetros antes de la frontera el tráfico desapareció. Ïbamos solos por una carretrera bien asfaltada al lado de un río, entre un bosque y al lado de una vía de tren fantasma. Llegamos al puesto fronterizo donde había dos guardias que nos pidieron los papeles del coche y tras cinco minutos de espera en que pensábamos que nos mandarían dar la vuelta, nos dijeron que adelante.
Entramos en Bosnia todos muy callados porque parecía que estábamos solos en el mundo por una carretera de montaña con unos paisajes espectaculares. Decidimos ir al menos hasta la primera población y tomar algo.
Bosansko Grahovo era el primer sitio habitado a 20 kilómetros de la frontera, pero decidimos adentrarnos algo más y llegamos a un valle que a mí me pareció un paisaje de Suiza salvo que cuando mirabas las casas de campo, estaban todas reventadas. Era desolador, habían pasado más de diez años desde la guerra y aquello estaba tal cual lo abandonó la gente. De Bosnia me queda de recuerdo el silencio. No había un coche por las carreteras, ni un alma.
Decidimos dar la vuelta hasta Bosansko para tomar algo porque no queríamos que se nos hiciese de noche. Entramos en la ciudad y aquello fue lo más triste que he visto nunca. Edificios destruidos, bloques de pisos en los que solo quedaba la estructura básicamente, con alguna luz encendida en alguna ¿vivienda? Circulábamos muy despacio con el coche por las calles entre escombros. De vez en cuando veíamos a alguien por la calle y me daba vergüenza y bajaba la vista. Yo allí en bermudas y playeros y esta gente sin nada, con una mirada triste que me llegó al corazón. Aquello no era Sarajevo, ni Mostar, ni ninguna de esas ciudades que oías en el telediario mientras comías y a lo que no prestabas mucho caso. Era una simple ciudad que fue próspera, según leí después, industrial y que tuvieron que abandonar por los combates entre fuerzas serbo-croatas y bosnias.
Diez años después la ciudad no tiene nada, sólo la habitan gente humilde que está volviendo a lo que fueron sus casas. Hemos tenido una guerra en plena Europa y en plenos años 90, y la sensación que me queda es que hemos mirado todos hacia otro lado. Sólo quería expresar la tristeza de lo que vi por imaginarme lo que esta pobre gente ha tenido que pasar, pero seguro que saldrán adelante porque lo merecen, porque tienen un país precioso.
Volvimos anocheciendo a Croacia y ,como la vida sigue, decidimos que podíamos cenar en algún asador de los muchos que llevábamos vistos por Croacia y que era curioso porque asaban cochinillos en asadores fuera del restaurante a la vista de la gente de la calle ( Total por un día). Era de noche y vimos un resturante al lado de la carretera con el asador pero sin bicho dentro aunque con brasas, así que paramos y preguntamos al camarero si tenían asado, todo ello en perfecto croata, es decir, señalando el asador y dando vueltas con la mano a una manivela imaginaria, nos dijo que sí,así que nos sentamos en la terraza y dejamos que nos pusiese lo que le pareciera.
Nos trajo una fuente de cordero asado y otra de cochinillo que no se lo saltaba ni un gitano en bicicleta, con un pan muy rico y ensalada. Cenamos como marqueses pero pensando en ver lo que nos clavarían en aquel sitio donde estábamos solos salvo el camarero y unos parroquianos viendo el futbol. Fue la cena más cara: 12 € por barba.
Llegamos a medianoche a casa y José Luis y yo salimos a tomar una copa por Vodice con el mismo ambiente que la anterior noche y me volví solo porque José se quedó a ver si hacía algo con alguna rubiaza. Volvió solo.
26-08-07 Vodice-Zagreb
Abandonamos la costa croata para adentrarnos en el interior hasta su capìtal: Zagreb. La ciudad más grande de Croacia con 1.200.000 de habitantes situada en el centro norte del país a 350 Kms. de donde estábamos.El viaje fue rápido por una autopista de peaje nuevecita. Hicimos una parada en Karlovac, una ciudad muy cercana a Zagreb. Una ciudad muy próspera durante los siglos XVII-XVIII con bonita aquitectura barroca pero que quedó muy dañada durante la guerra (1991-19995). Dimos una vuelta por el centro histórico completamente peatonal y prácticamente desierto, por supuesto sin ningún turista.
Se veía que era una ciudad muy bella y se nota en los edificos ya restaurados, pero aún tienen mucho trabajo por hacer pues está plagado de edificios llenos de agujeros de bala y obuses.
Reiniciamos viaje hacia Zagreb, donde llegamos a mediodía. Fuimos a buscar el hotel que reservamos. En Zagreb hay poco alojamiento y muy caro. Este hotel estaba en una zona cerca de la feria de muestras y es un edificio años setenta y estilo soviético. El típico hotel de turismo que construía y gestionaban los gobiernos comunistas. Fue lo más barato que encontramos (70 € la doble con desayuno), pero la verdad que el hotel por dentro estaba fenomenal con unas habitaciones grandes muy equipadas y nuevas, y un desayuno brutal.
Nos instalamos y cogimos el coche para ir al centro a dar una vuelta y comer algo. Era domingo y no había casi gente por la ciudad, con todo cerrado. Encontramos una brasería donde nos pusimos las botas a comer colesterol por 6€ por cabeza. Dejamos al camarero que nos pusiera un poco de todo lo que tenía en las parrillas y salimos contentos y bien.
Nos encaminamos por una larga avenida por donde sólo circulaban tranvías hacía una plaza que parecía ser el centro neurálgico de Zagreb. La ciudad es bonita, tiene mucho por restaurar pero yo me la imaginaba gris y, sin embargo, tiene avenidas preciosas flanqueadas por grandes edificios de época y palacios que no me pareció que tuviera que envidiar a algunas avenidas parisinas, buenas zonas verdes, buen transporte público y mucha vitalidad.
La zona vieja está en la parte alta de la ciudad, cerca de su enorme catedral gótica. Se tratan de callecitas empedradas con casas y palacios de no más de cuatro alturas y muy armonioso. Está prácticamente todo restaurado y allí se concentran todos los ministerios y edificios públicos de la ciudad. La iluminación del centro son los antiguos faroles a gas que vimos com un señor iba encendiendo uno a uno. La verdad que muy coqueto todo.
Nos volvimos al hotel a descansar para pegarnos otra buena paliza al día siguiente por Zagreb, verlo bien en un día de diario.
27-08-07 Zagreb-Varazdin-Zagreb
Desayuno en el hotel y dirección al centro.
Aparcamos el coche en las afueras para ir andando por la ciudad o en tranvía. El cambio era notable con todos los comercios abiertos y mucha gente. También bastante tráfico pero sin agobiar.
Nos dimos mañana libre para hacer cada uno lo que quisiera. Me fui con Olga, compramos un billete diario para el tranvía (3€) y cogimos el primero que pillamos que llevaba a un parque enorme para dar un paseo y comernos un helado. El parque era inmenso, como un bosque dentro de la ciudad, estuvimos dando una vuelta por él y de allí cogimos otro tranvía para recorrer un poco unas avenidas que tenían buena pinta y que como ya dije podía ser perfectamente las de París o cualquier otra ciudad noble de Europa. dimos un paseo también por otro parque que hacía las veces de Jardín botánico
y así pasamos la mañana sin prisas y sin una ruta establecida, simplemente andar.
Nos juntamos todos a la hora de la comida, comprramos unos bocadillos y nos tumbamos en el césped cerca de la catedral.
Cogimos otro tranvía para llegar hasta el coche y fuimos por la tarde a ver la ciudad de Varazdin a 70 kms. al norte, al lado de la frontera con Hungría, por autopista.
VARAZDIN es la capital barroca de Croacia y nos encontramos una ciudad preciosa y que estaba en fiestas. Todo el centro peatonal con calles de piedra y edificios pintados en colores pastel, con bastantes palacios, iglesias. Encantador. Había bastante gente paseando disfrazada al estilo siglo XVIII, multitud de tenderetes, de tiendas de artesanía, una feria gastronómica y tres o cuatro lugares diferentes con escenarios y música en directo.
De noche llegamos hasta la plaza del castillo (El más grande de Croacia y peerfectamente conservado) donde había ambientazo así que compramos unos bocadillos enormes de chorizo frito en una carpa y nos tiramos al césped a comerlos.
Nos gastamos las últimas kunas que teníamos y nos volvimos a Zagreb a dormir para empezar el regreso a casa.
28-08-07 Zagreb-Ljubljana-Milán
Desayuno bestial en Zagreb y dirección Ljubljana, la capital de Eslovenia a 130 Kms. al oeste, por autopista de peaje.
Dimos una vuelta por la ciudad que ya tiene un aire muy europeo, se nota que la guerra pasó de refilón por aquí pues en el 91 se independizó de Yugoslavia tras una breve de guerra de diez días y pocas bajas, vamos nada que ver con los cinco años de guerra cruenta de serbios, croatas y bosnios.
La ciudad al estilo de las capitales centroeuropeas. Un gran centro histórico completamente peatonal, muy restaurado, con muchos palacios, iglesias, colores pastel, flores en los balcones y un castillo en una colina dominando todo. Paseamos por el centro, subimos al castillo. Bien, la ciudad merece una visita más prolongada pero nosotros teníamos que llegar a Milán que faltaban todavía 500 kms. así que a mediodía salimos de allí dirección a la frontera con Italia y en lugar de coger la autopista, nos fuimos por una secundaria que atravesaba las montañas en un paisaje boscoso y verde maravilloso pero como ya íbamos de vuelta, cansados del viaje, a mis compañeros de coche no les hizo ya mucha gracia el meternos por rutas alternativas; aún así Eslovenia merece la pena para otro viaje porque tiene unos paisajes bellísimos.
Salimos de las montañas para alivio de todos, sobretodo de Olga que iba medio mareada con las curvas y de Paquito que estaba hasta los c... de ellas y paramos a comer en una pizzería en un pueblecito donde cogeríamos la autopista.
Nos trincamos unas pizzas riquísimas ( Lo que he disfrutado comiendo pizzas en este viaje, estaban todas de muerte) y camino directo a Milán cruzando por la misma frontera por donde entramos.
En la medida que nos adentramos en Italia el tráfico ya empezaba a ser tremendo y al atardecer llegamos a Milán donde teníamos reservado un hotel en el centro por 50 € la doble con desayuno.
Ya estábamos justos de fuerzas pero todavía salimos a dar un paseo hasta la catedral, que la verdad, es magnífica, tanto ella como la plaza en que se encuentra con las galerías víctor Manuel que es como el pasaje Gutiérrez pero a lo bruto con tiendas y comercios que te tiemblan las piernas, eso sí hay un Mc donalds con precios como en el Carrefour y por nada de pasta nos dimos el pote de cenar en las galerías, que los bolsillos ya no estaban para alegrías.
Volvimos al hotel reventados de cansancio acumulado de todas las vacaciones para levantarnos pronto y salir hacia Bérgamo ( 40 Kms.) a coger el avión.
29-08-07 Milán-Bérgamo-Valladolid
Me levanté muy prontito para irme yo solo hasta la catedral para verla por dentro. Cogí el metro que a esa hora solo tenía gente que iba a trabajar y salío en la misma plaza. Me metí en la catedral que acababa de abrir y estábamos solos una turista japo y yo. La verdad que merece la pena ir a Milán solo por la catedral, es fabulosa aunque creo que la ciudad también tiene bastantes más encantos aunque nadie hable de ella y no sea precisamente lo más turístico de Italia.
Volví deprisa al hotel, previa visita relámpago a la estación de tren que estaba al lado y que era un edificio mastodóntico de la época de Mussolini.
Nos fuimos hasta el aeropuerto, devolvimos el coche con 4.300 kms. más que cuando lo cogimos diez días antes y a las dos de la tarde ya estábamos en Villanubla. Sniff, sniff
Diario de viaje dedicado a mi novia Olga y a mis amigos: Carmen, Paco y José Luis que confiaron en mí en la planificación del mismo y , lo más importante, no se quejaron aunque sé que se pudo mejorar.
Gracias amigos.
Fue un placer hacer ese viaje , con gente maja se puede ir a cualquier sitio, y recuerda Jose que este sol es el preparativo de nuestro gran viaje por Estados Unidos, antes o despues acabaremos metidos en un descapotable disfrutando de esas carreteras interminables....al tiempo....
ResponderEliminarPaquito.