Un viaje a Normandía Agosto 2008

A finales de agosto de 2008 mi hermano David, su novia Cristina, Olga y yo nos fuimos nueve días  a visitar la región de Normandía en Francia y aprovechar para visitar París ya que Cristina y Olga no lo habían visto.

Como había que hacer un viaje más o menos económico el plan de viaje era salir desde Valladolid en coche hasta una zona equidistante de París y Normandía para alquilar una casa y cada día salir a hacer ruta.

Alquilamos la casa a través de la página www.gites de france.com en un pueblo llamado Nogent le Sec, a 1.200 kms. de Valladolid. Realmente una aldea en medio del campo pero situada a una hora de París y hora y media de la costa normanda.

La casa se alquila por semanas de sábado a sábado y aunque era modesta estaba bien decorada y sobretodo muy tranquila, pues estaba dentro de una propiedad inmensa donde los dueños de la casa vivían en otra casa dentro de la finca pero ni nos veíamos.
Tenía una cocina enorme en la planta baja con todo lo necesario, un salón y un aseo.
En la planta abuhardillada dos habitaciones grandes y un cuarto de baño nuevecito. Además una pequeña biblioteca en la subida de las escaleras.
El precio fueron 350 Euros para una semana.

Salimos el viernes 22 después de comer con la intención de hacer noche en Burdeos y llegar el sábado a recoger las llaves a una hora prudencial. Nos quitábamos casi la mitad de la distancia y aprovecharíamos para levantarnos pronto el sábado y hacer ruta hasta la casa.
Llegamos a Burdeos por la noche, comimos algo y nos alojamos en un hotel F-1 por 30 Euros la doble con desayuno.



Nos levantamos pronto para acercarnos hasta la población de Oradour sur Glane, cerca de Limoges y a 220 kms de Burdeos.

El porqué de ver este lugar se debe a que durante la II Guerra Mundial y en plena retirada de las tropas alemanas, debido a la muerte por parte de la Resistencia francesa de un capitán de las SS, por puro azar eligieron este pueblo como venganza destruyéndolo y asesinando a 642 personas entre hombres fusilados y mujeres y niños ametrallados dentro de la iglesia del pueblo.

El pueblo fue saqueado y destruido pudiendo escapar unas pocas personas de aquel horror.

Taller mecánico

Correos

El gobierno francés en recuerdo decidió dejar el pueblo tal cual lo dejaron los nazis y construyeron uno nuevo tras la guerra.

El pueblo viejo es ahora una especie de museo de los horrores de la guerra y se puede visitar libremente.




Luego del mal cuerpo que se te queda, ya partimos hacia la casa, que todavía nos quedaban 450 kms. Paramos por el camino en un Carrefour a hacer algo de compra para los desayunos y alguna cena en la casa. Llegamos hacia las ocho, fuimos a la casa de los dueños a coger las llaves y tomamos posesión de la vivienda. Nos hicimos una cena y a la cama que llevábamos una buena zurra.

A partir de este día, nos fuimos tres días a París y tres de ruta por Normandía. Cada mañana nos levantábamos, desayunábamos y decidíamos donde ir. Todas las rutas las hicimos muy tranquilitas y sin proponernos ver todo lo que hubiera porque había que disfrutar de paseos, comidas y cervecitas.

Ruta 1:  Deauville-Honfleur-Etretat-Fecamp-Rouen





Siempre eligiendo carreteras secundarias nos fuimos en dirección a la costa, hacia la localidad de Deauville, que hacia la segunda mitad ddel siglo XIX con la llegada del tren fue la localidad de veraneo de moda de la aristocracia parisina, convirtiéndose en la playa del glamour. Hoy en día en un importante enclave turístico con muchísima animación, puerto deportivo, buenas playas y magníficas villas.
Aunque era agosto, el día no estaba muy de playa por lo que vimos un poco la localidad para seguir camino hacia Honfleur por una muy bonita y lenta carretera costera.

Puert de Honfleur

Iglesia de Santa Catalina

Honfleur se encuentra en la desembocadura del río Sena y es un lugar encantador porque conserva todas las edificaciones antiguas, así como el puerto pesquero, las calles estrechas empedradas, la iglesia de Santa Catalina construida íntegramente de madera y que es impresionante.


Aquí estuvimos buena parte de la mañana y decidimos quedarnos a comer, pues la oferta de restaurantes es muy abundante, comimos bien por unos 15 euros con vino y en un restaurante muy coqueto.




Tras la comida seguimos dirección Etretat para lo cual se cruza el estuario que forma el Sena por un magnífico puente y en ligar de ir directos, decidí atravesar la ciudad de Le Havre, que es el segundo puerto más importante de Francia tras Marsella, que quedó arrasada en la II Guerra Mundial por los alemanes por ser un lugar estratégico para el transporte de mercancías francés, y que se reconstruyó a base de edificios de hormigón siguiendo un plan arquitectónico que le ha valido ser patrimonio de la Humanidad,
pero yo creo que esto es muy discutible y lo que me llevó al inmenso error de atravesar la ciudad para verla en plena hora punta, con unos atascos de camiones impresionantes que nos llevó el atravesar la ciudad casi hora y media.

Si vais a Etretat haced el favor de bordear Le Havre salvo que encontréis algo bonito en esto. No sé que han visto para darle el título de patrimonio de la Unesco.

Etretat ya fue todo lo contrario. Una localidad preciosa enclavada en un lugar magnífico junto a uno de los acantilados más fotografiados del mundo.
Aquí nos tiramos bastante tiempo paseando por la playa de cantos rodados y subiendo a los acantilados, aparte de tomar una sidra en uno de los muchos bares del centro del pueblo, con unas edificaciones preciosas por cierto.

Desde aquí seguimos ruta hacia Fecamp, parando entremedias el el pueblo de Yport, otra localidad costera preciosa a la que se llega por una carretera estrecha entre bosques, con una playa muy chula, un mar muy azul y una tranquilidad quedaban ganas de quedarte allí para siempre.

Cuando llegamos a Fecamp empezaba a anochecer con lo que ya decidimos de ver paisajes y tiramos hacia la ciudad de Rouen, capital de Normandía e importante ciudad portuaria e industrial, pero que conserva un casco histórico bien conservado con bonitas calle, plazas empedradas, casas coen entramado de madera y algunos monumentos impresionanrtes como su catedral y la abadía de Saint Ouen.


La vimos ya de noche y la verdad que impresionaba la ciudad, con mucho silencio y tenue iluminación me pareció realmente encantadora. Lástima de fotos.

Sesenta kilómetros después nos encontrábamos en nuestra casa hacia las once y nos preparamos una cena.



Ruta 2: La ruta del desembarco de Normandía.



Cuando Alemania invadió Francia en 1940, Hitler comenzó a defender la línea de costa del Canal de la Mancha ante un posible ataque de Inglaterra, pero con especial énfasis en la zona de Calais donde el Canal es más estrecho y en menor medida la zona de la Baja Normandía.

Sin embargo fue por aquí por donde el 6 de junio de 1944 tropas americanas, canadienses e inglesas comenzaron el desembarco militar más grande de la historia. tres millones de soldados y millones de toneladas de material bélico fueron desembarcados paulatinamente por las playas normandas, tras la primera y devastadora gran batalla con decenas de miles de muertos en una semana hasta que las tropas aliadas aniquilaron la línea de defensa alemana.

Madrugamos y salimos en dirección hacia la ciudad de Bayeux a 170 kms., como inicio de la ruta del desembarco.

Bayeux fue la primera ciudad francesa liberada, sólo dos días después del desembarco y no sufrió ningún daño durante la guerra con lo que mantiene intacto su pequeño casco histórico con calles empedradas y una más que notable catedral. Es además el centro de documentación del desembarco con un museo bastante grande a las afueras, aunque realmente toda la costa y cada pueblo es un museo.

Tanque inglés

Catedral de Bayeux

 

Era día de mercado cuando llegamos y había muy buen ambiente por las calles, lo cual nos hizo quedarnos más de lo que pensábamos en esta localidad.


Desde aquí partimos hacia las playas normandas del desembarco bautizadas con nombres com Omaha beach, utah beach, Juno beach, Sword beach....

Hoy en día son playas espléndidas, enormes con una arena muy fina y los prados muy verdes que llegan hasta ellas. Cuesta mucho imaginar que hace menos de 70 años se desarrollasen aquí algunas de las batallas más cruentas de la Historia de la humanidad, con bombardeos constantes. Donde llegaron miles de barcos, aviones y millones de soldados, ahora hay winsurferos, gente haciendo deporte y, cuando hace bueno, bañistas.

Llegamos hasta el pueblo costero de Arromanches, para iniciar la ruta por la costa. En Arromanches las fuerzas aliadas montaron un puerto flotante donde desembarcar los vehículos puesto que los barcos no podían llegar hasta las playas. Una obra de ingeniería brutal.

Restos del puerto al fondo

Hoy en día todavía se observan restos del puerto flotando. También aquí nos topamos con los primeros búnkers defensivos que por la línea de costa dispusieron los alemanes en previsión de algún tipo de desembarco, pero como dije antes, no preveían lo que se less vino encima, y menos por esa zona de playas donde ningún gran barco podía atracar.

Subidos al búnker

Hay búnkers completamente reventados por los bombardeos de la aviación pero los hay intactos. Se pueden visitar libremente, pues actualmente los rodean prados con sus vaquitas en un entorno muy bucólico.

David esperando los barcos

  Paramos también en un pueblo llamado Port en Bessin enclavado en una bahía preciosa, que es un pueblo de pescadores y durante la guerra jugó un papel báscio de aprovisionamiento de combustible para los aliados, gracias a la conducción de un oleoducto.
El pueblo es pequeñito, pero muy bonito y con varios cafés para hacer una paradita

lanchas del desembarco

La carretera discurre a lo largo de la costa, es muy agradable conducir pues el tráfico es escaso, pueblos muy pequeñitos y todos con vestigios de la guerra, verdes prados. Se trata de ir parando y viendo lo que más llame la atención aunque hay dos puntos clave: Omaha Beach y Pointe du Hoc.

En Omaha Beach fue donde llegaron ls primeras tropas durante la madrugada y donde se desencadenó la primera batalla. Se conservan las trincheras, búnkers destrozados y hay un cementerio americano que impresiona con sus cruces blancas, un monumento a la bandera y donde se toca el himno americano cada día cuando se arría la bandera. Impresiona ver las cruces y como se trata de hombres jóvenes todos rondando los 20 años, de procedencia como Wisconsin, Florida, etc... que se hacen 5000 Kms. en barco para morir nada más llegar en un país del que alguno o habría oído ni hablar. Todas las fechas de fallecimiento son del 6 al 9 de junuo de 1944. Te quedas pensando en el sinsentido que son las guerras.
 

En Pointe du Hoc se observa perfectamente el horror que debieron ser esos primeros días porque son prados llenos de cráteres (ahora cubiertos de hierba), trincheras, restos de muros de hormigón. Vamos un campo de batalla en toda regla. Hay que dejar el coche en un pequeño aparcamiento y caminar un kilómetro para llegar hasta allí. Hay poca gente y de veras que merece la pena.



Cerca de Pointe du Hoc, nos detuvimos en un cementerio alemán, el único que hay en Francia, y que el gobierno francés permitió en su territorio porque entendía que muchos soldados alemanes caídos nunca quisieron participar en esa guerra. Es más modesto que el americano y no hay nadie, la verdad que sobrecoge un poco.

En este punto empezaba ya a anochecer así que pusimos rumbo a la casita para cenar y descansar.
La ruta estuvo genial y lo ideal sería ir a la zona dos o tres días para ver toda la costa porque hay muchos pueblecitos y paisajes realmente espectaculares que nosotros no pudimos ver por falta de tiempo.

Ruta 3: Le Mont Saint Michel-Saint Malo-Dinan





Este fue el día de la ruta palizorra porque desde la casa a Saint Michel hay 265 Kms., si bien es verdad, que la mayoría por autopista sin peaje y que los demás lugares están todos juntos.
Eso sí, merece la pena porque es todo realmente espectacular, aunque el orden que debería hacerse sería el contrario, es decir, primero ver Dinan luego Saint Malo y dejar Saint Michel para el final, porque éste último es seguramente uno de los lugares más bellos de Europa.



Mi hermano y yo era la tercera vez que íbamos a Saint Michel y la sorpresa ya no existe, pero me acuerdo la primera vez que lo visitamos hace 20 años en noviembre, sin nadie (Cosa imposible prácticamente) que nos quedamos fascinados, y verlo por la noche todavía era más impresionante.


















Le Mont Saint Michel está catalogado como Patrimonio de la Humanidad. Es un pueblo de la Baja Normandía construido sobre una isla unida a tierra por unos dos kilómetros de carretera que se inunda con las mareas. Estas mareas son las más fuertes de Europa y cuando se retiran el mar queda a kilómetros de distancia con lo que el pueblo queda en medio de la nada.
Todo el pueblo está tal cual se construyó en la Edad Media alrededor de una abadía benedictina fundada en el año 966.
                                                                                                                                                                                                         Es uno de los lugares más visitados de Francia con lo que en verano es complicado caminar por sus estrechas calles. Lo ideal sería ir fuera de temporada y al atardecer cuando la gente se marcha.



El coche hay que dejarlo algo alejado del pueblo en unos enormes aparcamientos y se paga unos cinco euros por coche para todo el día.

No sólo hay que visitar el pueblo y la abadía, sino que también es genial darte una vuelta por las marismas, si la marea está baja claro, porquete parece estar caminando por un desierto.


El lugar es espectacular y sin gente tiene una magia especial.

Continuamos hacia la ciudad de Saint Malo a 60 kilómetros haciendo un poco de ruta por la costa.


Saint Malo es una ciudad portuaria de 50.000 habitantes que pertenece a la región de Bretaña. Situada en el estuario del río Rance es un lugar de veraneo por sus playas, su marisco y su casco histórico completamente amurallado.

Sufrió bombardeos en la II Guerra Mundial quedando casi arrasada en su parte intramuros, lo que le hizo perder todas sus casas de madera; aunque pienso que la reconstrucción no ha quedado mal; eso sí, las casas de madera no volvieron a hacerse.

Es un lugar que tenía muchas ganas de visitar por haber tenido muy buenas referencias y la verdad que fue mucho mejor de lo que me esperaba. No sólo por las murallas, tiene también un paseo marítimo fuera de ellas bordeado de casas aristocráticas de principios de siglo XX fantástico con una bonita playa y las aguas azules del mar.

Dentro de las murallas las calles empedradas están plagadas de tiendas preciosas, restaurantes, garitos y un ambiente genial. Además el paseo por las murallas al lado del mar es también precioso.
Me pareció un lugar estupendo para estarte unos días de relax, lástima que nosotros sólo estuvimos unas horas aunque le sacamos buen partido.



Salimos al atardecer de Saint Malo en dirección a nuestro último destino: DINAN en un corto trayecto entre bosques y agua.

Dinan es un pueblo completamente amurallado y con un centro histórico de la Edad Media por donde parece que no ha pasado el tiempo. Es un lugar muy turístico pero como llegamos tarde, los turistas se habían ido con lo que nos dio tiempo a pasear por las calles medio vacías y con muchísimo encanto.Como no esperábamos que fuese tan bonito decidimos quedarnos hasta el anochecer y cenar en alguno de los coquetos restaurantes que había. el problema era la vuelta porque estábamos a más de 300 kms. de casa, así que ese día llegamos a las tantas pero mereció la pena.

PARÍS

Bien, pues estas fueron las rutas que hicimos mientras estuvimos en la casa. Los otros tres días los dedicamos en ir y volver a París. Y ¿Qué decir de París? Pues que estás en una de las ciudades más grandiosas del mundo.
Teníamos la casa a 120 Kms. de la capital y más o menos os cuento lo que vimos. Mi hermano y yo ya habíamos estado un par de veces o tres en París pero Olga y Cristina no, así que había que ver lo típico al menos.
Desayunábamos en la casa y una hora y media después ya estábamos aparcados en alguna calle de París con boca de metro cercana para movernos. En agosto no hay zona azul y hay aparcamiento, así que sin problemas.

París es la segunda ciudad más grande y poblada de Europa, tras Moscú, con 11 millones de habitantes en su área metropolitana, aunque la ciudad propiamente dicha apenas pasa de los dos millones. Tiene su origen en el asentamiento romano de Lutecia y fue desarrollándese en cada etapa histórica, aunque fue con Napoleón cuando se proclamó capital del imperio francés y con Napoleón III en la segunda mitad del siglo XIX fue cuando, gracias a un ambicioso proyecto arquitectónico confiado al Barón Haussmann, la ciudad adquirió su actual fisonomía con grandes avenidas, puentes y todas las dotaciones paraser la ciudad más moderna del mundo en su época. La exposición universal de 1889 dotóa París de su gran símbolo: La Tour Eiffel, que se salvó por los pelos de ser demolida.
Actualmente es la ciudad más visitada del mundo. Posee innumerables museos, monumentos, un casco histórico enorme..vamos nada que ya no sepáis.

Cada día íbamos a un sitio y nos lo pateábamos. Vimos el museo du Louvre sacando la entrada nocturna, a partir de las siete de la tarde, hasta las diez; te da tiempo a ver muchas cosas por menos de la mitad de pasta y, lo más importante, con poca gente.

Subimos a la Tour Eiffel, sacando la entrada de subir a pata hasta la segunda planta y no subimos hasta arriba porque las colas eran insufribles.

Nos vimos toda la isla de la cité, con la catedral de Notre Dame, La Conciergerie. El barrio latino, que está enfrente y donde comimos todos los días porque está plagado de restaurantes por precios muy módicos para ser París; bueno un día fuimos a comer a un restaurante francés que parecía que te trasladaba en el tiempo y que recomiendo: Restaurant Chartier.



Está cerca de las Galerías Lafayette, en todo el centro y se trata de un local que mantien intacta la decoración desde que lo inauguraron en 1896 con el fin de dar menus baratos a los obreros. Hoy en día está catalogado como monumento histórico y es digno de ver. Se come por 20 euros con vino y postre, que no es nada caro. Sólo por el lugar merece la pena.

Vimos todo el centro desde la iglesia de La Madeleine, Ópera, Plaza de la Concordia, Place Vendome, Plce des Vosgues, Rue Rivoli, Faubourg Sain honoré. La Sorbonne.

Estuvimos también toda una tarde Por Sacré Coeur y el barrio de Montmartre. Visitamos eñ museo Rodin que era como una isla de paz.

Dedicamos una mañana entera al barrio de la Defénse. El barrio de negocios más grande de Europa y que es muy recomendable visitar por sus rascacielos, su arquitectura moderna, sus plazas.

Además es todo peatonal y en su parte norte termina con un enorme edificio: El arco de la Defense que está en línea recta con el Arco del Triunfo de los campos Eliseos como una prolongación de éstos.

Cualquiera que haya estado en esta ciudad sabe que la lista de cosas que ver es eterna y se necesitan días; pero para mí lo mejor es dedicarte a pasear sin prisas por sus calles y perderte. Es una ciudad magnífica que cada vez que la veo me gusta más. Y sí, es muy cara, pero puedes perfectamente encontrar buenos sitios para comer y beber con unos precios más que moderados. Para moverte, lo mejor el metro que funciona muy bien y llega a todas partes.

Aconsejo también visitar la zona de la Villette, aljado del centro y que visite en mi primer viaje a París, ya que allí teníamos el hotel. Un barrio muy auténtico con canales y un montón de edificios modernos como el museo de las ciencias y la Geode, un cine panorámico de 360 grados espectacular.

En fin, no quiero alargarme más con París por que hay muchísima información y se necesitaría todo un blog para hablar de esta tremenda ciudad.

 Pues después de haber pasado una semana en la casa tocaba irnos así que el sábado 30 enfilamos hacia España tranquilamente porque cogimos otro F1 en la localidad de Tours a 230 kms., en el valle del Loira.

Con lo que nos dio tiempo el sábado a parar en la ciudad de Chartres para verla un poquito, sobretodo su enorme catedral gótica catalogada como patrimonio de la Humanidad. Las calles adyacentes también eran agradables y como hacía muy bueno nos dimos un buen paseo

Seguimos camino en dirección a Tours por el valle del Loira para visitar el castillo de Chambord y relajarnos dando un paseo por el verde.
Llegamos a Tours y nos fuimos a comer una fondue como cena de despedida del viaje.



Nos levantamos el domingo para hacer los 900 kms. hasta Valladolid y aquí llegamos a las nueve de la noche para cenar, acostarnos y al día siguiente comenzar a trabajar después de unos intensos nueve días.

Dedicado a mi hermano David y su novia Cristina y a mi novia Olga. Mis compañeros de viaje que en ningún momento se quejaron y siempre estuvieron de acuerdo en ir a los sitios según tenía previsto. Espero que les gustara el viaje, aunque como siempre digo, no cabe duda que se pudo mejorar.